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miércoles, 15 de agosto de 2012

El Quinto Sello Esta Abierto!



(Ap. 6:9) Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían. {10} Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra? {11} Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos.
v. 9 - Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían - Hemos visto antes al Cordero como inmolado (5:6, 9, 12); ahora vemos a los que siguen al Cordero y que han sido muertos por su obediencia a la palabra de Dios y el testimonio que habían mantenido hasta la muerte (cf. Esmirna y Antipas; ver también 11:7, 12:11, 17:6). La misma palabra para muerto (sphazo) se usa tanto para Cristo como para estos mártires y significa literalmente "despedazados"; siguen los pasos de su amo. Más adelante vemos también las almas de aquellos que han sido decapitados por su testimonio de Jesús y por la palabra de Dios (20:4). La secuencia de los cuatro sellos es interrumpida por un cuadro de los mártires, porque por su martirio algunos podrían arrepentirse de sus caminos errados (Caird). Esta escena de los mártires aparece antes del sexto sello, cuando Cristo viene en juicio y es demasiado tarde para arrepentirse. Ver también los dos testigos que aparecen entre la sexta y la séptima trompeta. ¿Dónde está el altar? Está ante el trono de Dios en el cielo (8:3). En el AT la sangre era derramada debajo del altar del holocausto (Lev. 4:7). Esto indica que su muerte por martirio es vista como un sacrificio en el altar en el cielo (cf. machairadel segundo sello). Habían ofrecido sus cuerpos como un sacrificio vivo (Rom. 12:1). Él vio sus almas así que ellos estaban vivos, lo cual demuestra que aunque el hombre puede destruir el cuerpo no puede destruir el alma (Mt. 10:28).
v. 9 - habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían - Este es uno de los temas del libro, que cada vez que los hombres obedecen la palabra de Dios y testifican acerca de Cristo con sus palabras y obras, seguirá la persecución. El punto principal del libro es ser obediente hasta la muerte, y que al hacerlo serán victoriosos sobre los poderes del mal y ganarán su vida (eternal). La palabra griega para mártir, martus, significa "un testigo". Ver también 11:7 en donde los dos testigos han finalizado su testimonio y la bestia del abismo los ha atacado, los ha vencido y los ha matado. Encontramos que la bestia guerrea contra los santos y los mata (13:7), la bestia de la tierra ha erigido una imagen de la bestia del mar y ha matado a todos los que se han rehusado a adorar la imagen (13:15) y encontramos que la mujer (Babilonia) está ebria con la sangre de los santos (17:6). Aquellos que adoran a la bestia y su imagen y reciben su marca están destinados para el tormento eterno (14:9 ff.). En 20:4 también encontramos "las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos". Esta persecución y martirio está de acuerdo con las palabras de Jesús en Mateo, "os entregarán a tribulación, y os matarán" (Mt. 24:9), "y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin" (Mt. 24:14). Ver también Mt. 10:21, 5:11, Juan 15:20. El testimonio de los mártires por sus palabras, obras y muerte es parte del plan de Dios.
v. 10 - Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra? - Este clamor aparece varias veces en las Escrituras (Sal. 79:10, 119:84). Es Dios quien vengará su sangre; la venganza no es de ellos (Dt. 32:43, Rom. 12:19). Su clamor es por justicia, no retribución, así como la sangre de Abel clama a Dios por justicia (Gn. 4:10). El clamor es contestado en Ap. 16:5-7 cuando es derramada la tercera copa como el castigo justo por matar a los santos y a los profetas, y en Ap. 19:2 cuando condenó a la gran prostituta, en ella se encontró la sangre de los mártires y todos los muertos en la tierra (18:24). En 19:2 la misma palabra griega para venganza es usada (ekdikeo, cf. Lucas 18:3, Rom. 12:19, 2 Cor. 10:6).
v. 11 - Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos - La vestidura blanca es la vestidura de justicia (Is. 6:10, ver también Ap. 7:13). La idea de esperar "hasta que se completara en número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos" es que la persecución está completamente bajo el control de Dios. Él sabe y ha establecido la cantidad que ha de ser muerto, así como sabe la cantidad de cabellos en nuestra cabeza. Hay un número que está fijado bajo la voluntad y presciencia de Dios (ver Ap. 7:4). En 14:13 se nos dice que "descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen." El martirio parece ser un retroceso para la iglesia pero en realidad hace que avance el evangelio. De ahí el famoso dicho de Tertuliano: "la sangre de los mártires es la semilla de la iglesia" (Hughes).





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